La utopía de los dos grados
Héctor Béjar
www.hectorbejar.com
Calentar
el planeta solo dos grados contando desde la era industrial, sigue siendo el
clamor de los científicos frente a los políticos y los empresarios que se
reúnen una vez más en Davos y repiten generalizaciones. El incremento ya
alcanzó 0.8 grados centígrados desde el siglo XX. El año 2013 estuvo entre los más
calurosos desde 1859 cuando empezaron los registros, según Michel Jarraud
Secretario General de la Organización Meteorológica Mundial OMM con sede en
Ginebra, Suiza, que se alista para la Conferencia Científica abierta sobre el
Clima Mundial que se reunirá en agosto de este año para trazar lo que nos
espera los próximos diez años. En mar y tierra, la media del año pasado 2013
estuvo 0.48 grados centígrados por encima de la media de 1961 – 1990. El nivel
del mar ha subido tres milímetros por año desde 1993.
Las
facciones luchan dentro de la Comisión de la Unión Europea antes de la
conferencia sobre el clima que tendrá lugar en París el próximo año. En su
edición del 23 de enero The Guardian de Londres informa que Ed Davey,
Secretario de Energía y Cambio Climático, se opone a los objetivos de energía
renovable, pero ha sido rebasado por los representantes de Alemania y Francia
que apoyan la renovación del sistema energético. Alemania está implementando un cambio radical
desde la energía atómica hacia energías renovables. La Unión Europea se propone
reducir sus emisiones en 40% para 2030.
Las
febriles actividades de la especie humana, su incontrolada reproducción (se
prevé llegar a nueve mil millones de personas en 2045, setenta por ciento
vivirán en ciudades que se duplicarán en número en los próximos veinticinco
años), su tendencia a sobrepasar los límites que la naturaleza le permite, han
alterado el funcionamiento de muchos mecanismos naturales entre los que se
encuentra el clima.
El
Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático IPCC, presentará este año 2014
el diagnóstico más completo que se haya conocido sobre este problema. Se
analizará cuatro escenarios posibles hasta el 2100 dependiendo de la cantidad
de gases que se emita hacia la atmósfera hasta llegar a los catastróficos 4.8
grados centígrados. Escrito por 250 científicos, y revisado línea por línea, el
primer volumen se presentará en setiembre de este año, en Estocolmo.
Según
el Instituto Blacksmith que hace una lista de las ciudades más contaminadas,
después de Linfen y Tianjin en China (productoras de plomo), Sukinda en la
India, donde dos millones de personas beben agua con residuos no tratados y barro mezclado con
mercurio (un 60% de su agua está compuesta de cromo que es explotado a cielo
abierto), Vapi en la India, que concentra depósitos de desechos químicos e
insecticidas, está La Oroya en el Perú
con 99% de sus niños con plomo en sangre y cerebro, retraso en crecimiento y
dificultades de aprendizaje. Son las ciudades más contaminadas del planeta.
El
estudio sobre las emisiones urbanas de efecto invernadero que será publicado
este año en la revista Enviroment and
Urbanization acaba con la creencia convencional de que son solo China y los
países asiáticos en desarrollo industrial aquellos que producen peor impacto
ecológico. Austin Tejas en los Estados Unidos de América emite 24 toneladas de
gases de efecto invernadero por persona al año, debido al uso de aire
acondicionado y su denso transporte automotor.
Según
National Geographic, la temperatura media de la tierra podrá llegar hasta
veintisiete grados centígrados, ahora tiene catorce. Para ese entonces habrán
desaparecido Buenos Aires, la costa de Uruguay y la Florida. San Francisco será
una bahía, sufrirán Venecia, Londres, Barcelona y los Países Bajos.
Parece
imposible que estas tendencias cambien. No será una revolución social la que
acabe con el capitalismo industrial sino la reacción de la naturaleza. La
contradicción fundamental ya no es entre proletariado y burguesía sino entre
capitalistas industriales, poblaciones depredadoras y ecosistema.
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