miércoles, 2 de noviembre de 2016

Izquierda latinoamericana:
entre la revolución y el miedo



Sobrevivientes de la lucha armada y el holocausto, los herederos de la izquierda heroica y, en algunos casos, sus propios líderes, llegaron finalmente al final del siglo XX y en la primera década del siglo XXI,  a gobernar por las vías de una democracia representativa recortada. Alcanzaron a regir los destinos de todo el continente, con excepción de México (donde fueron derrotados por fraude), Colombia (donde las FARC y el ELN subsistían y la izquierda no llegó a presentar una alternativa única) y Honduras (donde se desarrolló un golpe de estado).  ¿Ahora estarían en retirada ante una ola restauradora del antiguo régimen?
Todo tiene un precio. Las izquierdas antes revolucionarias tuvieron que pedir ser admitidas al club de la democracia limitada pagando el costo de callar gran parte de las causas de la realidad social, respetando las reglas de la democracia representativa antes repudiada y en consenso con una parte de la derecha política y la burguesía empresarial. Dejaron de ser víctimas de la persecución para ser víctimas del acoso mediático. Pero lograron realizaciones que no deben ser menospreciadas.

LAS IZQUIERDAS POR PAÍS

Desde la revolución encabezada por José Figueres en 1946, Costa Rica mantiene el régimen más estable de la región con gobiernos en que se alternan el Partido Social Cristiano y el de Liberación Nacional (socialdemocracia). Panamá no ha logrado retomar la línea de liberación intentada en los sesenta por Omar Torrijos y ahora gobierna en ella la derecha.  Cuba ha consolidado su revolución pero sigue bajo la amenaza de la intervención norteamericana que le impide desarrollar su economía al negarle su mercado natural, los Estados Unidos, a pesar de haberse abierto un diálogo con el gobierno de Obama. Puerto Rico sigue siendo una colonia de Washington bajo la irónica denominación de Estado Libre Asociado. Haití vive una larga e interminable tragedia.

México: una larga agonía

Desencadenada la descomposición del PRI a partir del sismo de 1985, la izquierda mexicana que decidió formar parte el PRD pasó una etapa inicial marcada por la represión del gobierno, y el crecimiento de este partido como una alternativa al corrupto y envejecido PRI.
Cuauhtémoc Cárdenas levantó la bandera de la lucha por la soberanía nacional, el cambio en la economía y el establecimiento de un régimen plenamente democrático. El PRD ganó las elecciones de 1988 en los votos pero perdió en el fraude de la noche del 6 de julio, cuando la Secretaría de Gobernación suspendió la información sobre el avance de la votación que favorecía ampliamente a Cárdenas y alteró los resultados.
En Chiapas surgió el zapatismo con el liderazgo del Comandante Segundo al mismo tiempo que México era encadenado a los Estados Unidos mediante el NAFTA. Una guerrilla más mediática que militar, sustentada más en las comunidades campesinas que el poder del fusil, se ubicó como un foco paralelo al sistema político donde el PRD disputaba el poder electoral al PRI y el PAN.
El PRD se opuso a los ajustes neoliberales de gobiernos sucesivos. Algunos de sus militantes y simpatizantes fueron asesinados. Aunque obtuvo la Intendencia del DF con Cárdenas en 1997 y López Obrador en 2000, fue devorado por las luchas de tendencias entre Muñoz Ledo y López Obrador en medio de un clima de tensión política, violencia y corrupción desde los gobiernos fraudulentos de Fox y Calderón hasta el actual de Peña Nieto. Sin embargo, en las elecciones de 2006 y 2012, Manuel López Obrador obtuvo 35% y 31% de votación. Desconoció los resultados y se ha proclamado presidente legítimo de México. El PRD gobierna el Distrito Federal y los estados de Guerrero, Tabaxco y Morelos, pero el país ha entrado en una espiral de corrupción y violencia.

Guatemala: doscientos mil muertos

Después de Arévalo y Arbenz en los cincuenta, Turcios Lima y Yon Sosa en los sesenta, Guatemala padeció una dictadura sangrienta y genocida entre 1960 y 1996.
La UNRG fue fundada el 7 de febrero de 1982, como resultado de la coordinación de los cuatro grupos guerrilleros más importantes: Ejército Guerrillero de los Pobres (EGP), Organización del Pueblo en Armas (ORPA),  Fuerzas Armadas Rebeldes (FAR), y grupos del Partido Guatemalteco del Trabajo (PGT).
En 1996, con la firma del Acuerdo de Paz Firme y Duradera entre el gobierno de Álvaro Arzú y la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca URNG, se puso fin a una guerra que duró más de 36 años.
El saldo final establecido por la Comisión para el Esclarecimiento Histórico de las Naciones Unidas fue de doscientos mil muertos, cuarenta y cinco mil desaparecidos, y cerca de cien mil desplazados. 54,000 violaciones a los Derechos Humanos. Masacres, torturas, violaciones masivas, desapariciones forzadas, mutilaciones y otros crímenes cometidos por las fuerzas del Estado. Un verdadero holocausto de los indígenas.
La noche del 26 de abril de 1998, el obispo Juan José Gerardi fue asesinado a golpes en la cabeza en el garaje de la casa parroquial de San Sebastián, Ciudad de Guatemala. Dos días antes había publicado el informe "Guatemala: Nunca más". El trabajo de recuperación histórica que Gerardi y su equipo realizaron, sería fundamental en las labores posteriores de la Comisión para el Esclarecimiento Histórico (CEH), auspiciada por las Naciones Unidas, instalada en virtud de los Acuerdos de Paz.
Tras el proceso de paz la guerrilla depuso las armas e inició la conversión de la URNG en partido. Para las elecciones de 1999 se presentó en una coalición de partidos de izquierda. Obtuvieron el tercer puesto. En 2003 concurrió dividida y obtuvo pobres resultados En 2007 volvieron a ir divididos y solo ganaron dos curules de 158.
Ahora imperan el crimen común, la corrupción y la impunidad. Las elecciones del 2015 dieron la victoria al comediante Jimmy Morales. El Congreso está dominado por la derecha. La izquierda es marginal. Tanto el Congreso como el gobierno han sufrido un duro desgaste por ser incapaces de afrontar la inseguridad, el desempleo, pobreza, analfabetismo y desnutrición.

El Salvador: una centro izquierda eficaz

En 1980 fue creado el Frente Farabundo Martí y se abrió un período de doce años de guerra civil entre 1980 y 1992. El imperialismo no pudo vencer a la guerrilla en uno de los países más pequeños del mundo. Tampoco la guerrilla pudo ganar. El empate dio lugar a los acuerdos de paz. El escenario político fue disputado por la derecha agrupada en la Alianza Republicana Nacionalista ARENA y el izquierdista FMLN Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional. El FMLN declaró ser un partido de tendencias. Osciló entre un socialismo a la española y un socialismo radical. Participó en cinco elecciones: 1994, 1999, 2004, 2009 y 2014. Ganó en las dos últimas superando el 50% y más de un millón de votos con Mauricio Funes y Salvador Sánchez Cerén.
El FMLN gobierna desde el 2009. Implementó una fuerte política social con subsidios a los ingresos  y merienda en las escuelas, redujo la violencia, incrementó el agua potable en las zonas urbanas, abasteció de medicinas a los hospitales, avanzó en la alfabetización. Los programas educativos que incluyen el suministro de leche, uniformes, calzados y materiales escolares para los alumnos, contribuyeron a la creación empleos en pequeñas y medianas empresas. Se implementó la reforma integral del sistema nacional de salud. Fueron construidos hospitales, unidades de salud, escuelas, así como redes viales urbanas y rurales, triplicando en cuatro años todo lo realizado por el partido ARENA en más de 20 años de gobierno. Fue fomentada la agricultura familiar con la entrega gratuita de tierras, viviendas e insumos a miles de campesinos empobrecidos.

Nicaragua: el sandinismo institucionalizado

En Nicaragua, la guerrilla sandinista fue la única que alcanzó el triunfo militar entre todas las que se organizaron en los años sesenta en América Latina; fue la única triunfante mediante la lucha armada después de la Revolución Cubana; la primera fuerza política en la historia que, habiendo obtenido el poder por las armas, lo entregó por los votos. Cuando perdió las elecciones ante Violeta Chamorro, Nicaragua fue el primer país con un gobierno de derecha y unas fuerzas armadas y de seguridad de izquierda. En 2006, le tocó al sandinismo ser la primera fuerza de izquierda que, habiendo perdido el poder, lo recuperó mediante los votos.
Cuando perdió las elecciones de 1990, formalizó rápidamente las tierras que había entregado a los campesinos en la reforma agraria. Se legalizaron las casas y terrenos urbanos entregados a los sectores más empobrecidos. Ganó posiciones en el Poder Judicial, mantuvo su poder militar en el ejército convencional y su presencia en los medios de difusión masiva. Se institucionalizó como una fuerza política nacional.
Luego de los gobiernos de Arnoldo Alemán y Enrique Bolaños, el FSLN retornó al poder en alianza con un sector de los liberales en el 2006.
Actualmente el FSLN, otra vez en el gobierno, ha promovido la democracia directa del poder popular en la base del sistema político.
Entre otros logros del sandinismo, se puede mencionar la erradicación del analfabetismo, la restauración del derecho universal a la salud y la educación, la construcción y mejoría de viviendas, la atención a la niñez en situación de riesgo producto de la pobreza, el subsidio al transporte público y al consumo de energía eléctrica, y la solución de la crisis energética. Por eso, Nicaragua no es un país de violencia como México o Guatemala.

Colombia: la paz posible

La represión de la derecha terrateniente fue feroz contra la izquierda en Colombia. Asesinaron a Jorge Eliécer Gaitán y a decenas de miles de liberales a partir de 1948. Acabaron con la Unión Patriótica matando a sus cinco mil miembros. El asesinato de sindicalistas es sistemático.
Pero las izquierdas colombianas están fragmentadas. El M 19 fue liquidado por el ejército y los paramilitares. El Polo Democrático ha ganado la alcaldía de Bogotá en varias ocasiones pero no ha logrado una gestión duradera. Las FARC y el ELN han empezado un proceso de negociaciones de paz con el gobierno de Santos. Pero la derecha mantiene su hegemonía mediante el dominio de la política por las grandes familias, la represión mediante las fuerzas armadas y los paramilitares y los sectores derechistas de los partidos liberal y conservador. Es una incógnita, a pesar del largo período de negociación qué carácter tendrá finalmente la paz colombiana: si la continuación de la dominación oligárquica o un proceso de cambios democráticos en la propiedad, la economía y el sistema político.

Ecuador: futuro incierto

El Partido Socialista Ecuatoriano fue fundado en 1926 y se escindió en 1931 dando lugar a la formación del Partido Comunista. En los años cuarenta el PC respaldó a Velasco Ibarra para después ser perseguido por éste. Después de la revolución cubana y la ruptura chino soviética se formó el Partido Socialista Revolucionario (PSRE) mientras que la confrontación dentro del PC provocó una ruptura que dio origen a la constitución del Partido Comunista Marxista Leninista del Ecuador (PCMLE).
El general Guillermo Rodríguez Lara, entre febrero de 1972 y septiembre de 1975, ensayó un proceso parecido al que encabezaba el general Velasco en el Perú; pero en 1976 un triunvirato militar propició los mecanismos formales para retornar en 1979, a la vieja democracia electoral.
La izquierda ecuatoriana, desde entonces, participó en los procesos eleccionarios mediante el Frente Amplio de Izquierda FADI y el Movimiento Popular Democrático MPD, Unidad Popular desde el 2014. A partir del levantamiento pacífico de 1990, el movimiento indígena agrupado en la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador CONAIE, obtuvo un gran protagonismo que ha declinado en los últimos años.
En 2006 ganó las elecciones Rafael Correa y fue promulgada una nueva Constitución que reconoce las distintas identidades culturales del Ecuador. La izquierda y el movimiento indígena mantienen un tenso apoyo crítico al gobierno de Correa. Las discrepancias surgen en la medida que Correa se ve obligado a mantener las inversiones petroleras que afectan a las tierras indígenas, como una base de la economía del país. Correa decidió no participar en las siguientes elecciones y el futuro político es incierto.


 Venezuela: ¿al borde de la guerra civil?

El presente y futuro venezolano está marcado por la figura de Hugo Chávez y su proyecto de socialismo del siglo XXI.
La Venezuela de Chávez se planteó como objetivo el socialismo del siglo XXI. En su apoyo confluyeron además de la izquierda tradicional, grupos políticos,  organizaciones barriales y los jóvenes que amanecieron a la conciencia política con el comandante Chávez. Chávez logró un apoyo de masas y lo organizó en el Partido Socialista Unido de Venezuela PSUV.
A diferencia del resto de la izquierda latinoamericana, Chávez planteó abiertamente la construcción de un nuevo Estado socialista a partir del actual. Convirtió a las fuerzas armadas en garantes del nuevo orden. Organizó un nuevo  estado social basado en las “misiones”, paralelo al estado de la vieja república. Abrió relaciones con China, Rusia, Irán, Libia, y otros estados estigmatizados por Estados Unidos y la OTAN. Trabajó por la unidad de América Latina en UNASUR y la CELAC. Pero enfermó de cáncer y murió a la par que los precios del petróleo, base financiera de su proyecto, se despeñaban por las maniobras especulativas de los Estados Unidos que, una vez dueño mediante la conquista de los yacimientos de Irak y Libia, sacó sus reservas al mercado internacional. El sucesor Nicolás Maduro, heredó una prolongada crisis económica y política que Venezuela tiene que soportar en el aislamiento, debido a la caída de los gobiernos progresistas de Brasil y Argentina. La derecha venezolana ha desarrollado una sistemática campaña para derrocar a Maduro. Polarizado entre dos bandos aparentemente irreconciliables, el pueblo venezolano ha vivido una permanente crisis económica y política.  Ahora se abrió el diálogo entre gobierno y oposición.

Brasil: golpe parlamentario

El Partido de los Trabajadores (PT) fue fundado en 1980 a partir de sindicalistas,  cristianos  y  militantes de la izquierda organizada. Innovó los métodos de organización  mediante la democracia interna y la participación de la base militante por núcleos, sectores y tendencias.
La Central Única de Trabajadores (CUT) fue fundada en 1983, el Movimiento de los  Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST), en 1984. El Partido Comunista del Brasil (PCdoB) y el Partido Comunista Brasileño (PCB), legalizados en 1985, mantuvieron su identidad desde una posición crítica.
Después de tres intentos con José Ignacio “Lula” da Silva, el PT venció en las elecciones  de 2002 para la Presidencia de la República, y fue seguido por Dilma Rousseff el 2010. Juntos Lula y Dilma hicieron más de una década de gobierno. Se mantuvo aspectos de la política económica anterior. Las necesarias reformas de la gran propiedad de la tierra rural y urbana fueron sustituidas por una vigorosa política social de hambre cero aprovechando los buenos precios de los productos de exportación.
Su alianza con los poderosos sectores empresariales que venían desde la dictadura militar y se proyectaban hacia el mundo a través de los BRICS (el grupo económico de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) acabó en la corrupción que permitió a la derecha recobrar fuerzas y destituir a Dilma mediante un golpe de estado “legal” dado por el Parlamento, la misma táctica que se aplicó antes contra el débil gobierno izquierdista de Lugo en Paraguay.

Argentina: retorno de la derecha

La izquierda no peronista no acabó de procesar una posición única frente al fenómeno Kirchner. Las limitaciones y errores de la era Kirchner y la falta de claridad de la izquierda marxista, abrieron espacio para la recuperación del poder por la derecha de Macri, el grupo Clarín y las mafias sindicales. Los grandes males de Argentina, que son la gran propiedad de la tierra ahora tragada por la soya, las oligarquías sindicales y la concentración mediática, quedaron sin ser tocados, excepto los intentos hechos por Cristina de abrir espacio para una democratización de los medios en periódicos y radiodifusión. Se recuperó la economía pero se generó inflación. Se restauró el nivel adquisitivo de los salarios pero se mantuvo las corruptas dirigencias sindicales. Se abrió una política de reindustrialización, pero la corrupción no dejó de estar presente. Eso sí, Argentina fue el país de América Latina que con más decisión juzgó a los criminales de la época dictatorial.

Uruguay: del Frente a la centro derecha

Desde comienzos del siglo XX, Uruguay mantuvo una consistente política social a partir de las reformas de José Battle y Ordóñez, fundador del Partido Colorado. Blancos y Colorados se alternaron en el poder formando una democracia estable. Se realizó el Congreso del Pueblo en 1965; fue fundada la Convención Nacional de Trabajadores CNT, en 1966. El Frente Amplio fue creado en 1971. El movimiento por la Liberación Nacional Tupamaros promovió la insurrección guerrillera y fue respondido con una feroz dictadura cívico militar entre 1973 y 1985.
Durante la dictadura, fue formado el Frente Amplio con un programa que incluía la ruptura con el FMI, la reforma agraria y la nacionalización del comercio exterior y la banca. Los generales Líber Seregni y Víctor Licandro contribuyeron decisivamente a la unidad de los sectores progresistas. El MLN Tupamaros ingresó al FA en 1989 y fue el núcleo del Movimiento de Participación Popular, la fuerza frenteamplista más votada en 2004 y 2009.
El 5 de julio de 1994 un Congreso del FA dio nacimiento al Encuentro Progresista. El 31 de octubre de ese año, Tabaré Vázquez y Rodolfo Nin Novoa, candidatos a presidente y vicepresidente por el Frente Amplio-Encuentro Progresista-Nueva Mayoría, ganaron las elecciones en primera vuelta con 50,7% de los votos. Fue conquistada la mayoría absoluta en las Cámaras de Senadores y Diputados.
El Frente Amplio debió aceptar la concentración y extranjerización de la tierra y la sujeción de la producción de carne y soya a monopolios extranjeros. Se intensificó la apertura a la inversión transnacional en nuevas instalaciones, cuyo caso paradigmático fue la fábrica de pasta de celulosa de Fray Bentos que ocasionó enfrentamientos con el gobierno argentino. Los beneficios salariales y las mejoras en las condiciones laborales  lograron que los trabajadores apoyen al gobierno mientras se producían cambios estructurales en favor del gran capital.
José Mujica, ex líder de los tupamaros, electo presidente de la República en 2009, mantuvo la línea neoliberal “astorista” (del ministro de economía y Vicepresidente de Tabaré Vázquez Danilo Astori).
Los poderes reales mantienen su dominación. Son los partidos de la derecha tradicional cuyos personajes fueron  incorporados a cargos de gobierno; los grandes empresarios extranjeros a los que se garantizó que sus inversiones no serían tocadas; las fuerzas armadas a las que se liberó de toda responsabilidad respecto del pasado de torturas que caracterizó el período dictatorial.

Bolivia: ¿Y después de Evo, qué?

Desde los gobiernos de Busch y Villarroel y la revolución de 1952, Bolivia tiene una larga tradición revolucionaria. El gobierno del MNR culminó en la dictadura de Barrientos que, luego de cortos períodos democráticos fue seguida por la de Hugo Bánzer. Un largo proceso de quiebra de las minas nacionalizadas, privatización y relocalización con Gonzalo Sánchez de Losada, generó el surgimiento del movimiento de los cocaleros del Chapare, que a su vez fue la base del liderazgo de Evo Morales. El tradicional sindicalismo minero fue sustituido por la presencia económico política de la población de El Alto de La Paz, los cocaleros y campesinos, a la vez que la derecha tiene su base en los latifundistas del Oriente. La lucha política es también cultural y étnica y ha dado lugar a un gobierno reivindicativo de la población indígena, largamente marginada, incluso por la revolución de 1952, que se concretó al declarar constitucionalmente que Bolivia es un estado plurinacional, plurilingüe y comunitario. Pero el futuro es impredecible porque no hay sustituto al liderazgo de Evo Morales.

Chile: conservadurismo de centro derecha

La transición chilena de la dictadura de Pinochet a la democracia de la Concertación fue un largo proceso. Durante muchos años la concertación de los partidos demócrata cristiano y socialista coexistió con la representación de las Fuerzas Armadas  y el pinochetismo en el parlamento. Todo eso llevó a un régimen en que la formalidad  de los acuerdos entre las fuerzas políticas se sobrepone a las reformas sociales. Bajo la Concertación, Chile ha continuado financiando el ejército más armado de la costa del Pacífico después de Estados Unidos y su expansionismo económico y militar es una amenaza para Perú y Bolivia. Más de treinta años de convivencia con la derecha han envejecido a la clase política de izquierda que es rebasada con frecuencia por las protestas y demandas de los jóvenes.

¿Y ahora?

Atrás está el holocausto. Aceptadas en el sistema político, las izquierdas conviven en una legalidad limitada con sectores de la derecha y el capital; o se han derechizado ellas mismas. En Costa Rica, Uruguay y Chile han contribuido a lograr democracias estables pero conservadoras con rasgos importantes de política social. Han desarrollado o desarrollan políticas contra la pobreza pero han quedado allí. Han recuperado, sobre todo a partir de la contribución audaz de Chávez una visión integradora e independiente de Latinoamérica.
En Nicaragua, Ecuador y Bolivia, mantienen un fuerte liderazgo autónomo basado en las insustituibles y carismáticas personalidades de Daniel Ortega, Evo Morales y Rafael Correa. En Argentina y Brasil han perdido las posiciones que ganaron  el PT de Lula y el peronismo kirchnerista. Hay muchas frustraciones en México, a pesar de los éxitos electorales. Perdido el liderazgo de Chávez, viven una lucha abierta con la derecha en Venezuela. En Paraguay y Honduras son muy débiles, aunque en Honduras mantienen su base popular y campesina.
Su asentamiento por la vía de un liderazgo personal, hace difícil y de pronóstico reservado la permanencia de las izquierdas en el poder en los casos de Nicaragua y Bolivia, aunque el Sandinista es un partido ya consistente e institucionalizado. Rafael Correa se retira por propia decisión pero no tiene sucesores. ¿Quedará trunca su “revolución ciudadana”?
La sustitución del concepto clásico de revolución por el de “revolución democrática” o democracia a secas; el abandono de la lucha contra el capitalismo por la lucha contra el neoliberalismo; la adopción de la idea del “modo petista de gobernar” como símbolo de eficiencia y ética (fracasado como símbolo en Brasil), y no necesariamente de gobierno comprometido con los trabajadores; la sustitución de la estrategia democrático-popular por una estrategia de centro-izquierda, constituyen características notables de este período.
Las críticas a la democracia formal por parte de estas izquierdas se han extinguido. También el lenguaje radical, excepto en Venezuela. Se ha dejado de analizar el contenido, sentido y manera de ser del sistema imperante en cada uno de los países. El temor a ser estigmatizados o retornar a la marginalidad, hace que se valore la democracia en su modelo norteamericano. Pero eso lo pueden hacer los políticos de izquierda, los pueblos tienen otras expectativas que la izquierda moderada ya no satisface en Costa Rica, Chile, Brasil, Argentina y Uruguay.
En los casos más avanzados se sustituye la propuesta socialista por políticas de participación ciudadana, descentralización o gobierno local. La participación ciudadana existe solo como propuesta que puede exhibir escasas realizaciones, excepto en Porto Alegre, Brasil, donde el PT hizo una gestión ejemplar. Se asume una nueva  temática medio ambiental, de género y LGTB. La posibilidad de cambios revolucionarios deja de estar en el horizonte histórico más o menos inmediato para alejarse cada vez más. Se propone en los mejores casos mejoras de carácter popular y democrático en el capitalismo, pero no se siente o aun, se teme, la posibilidad efectiva de transitar hacia otro régimen. De la izquierda se ha pasado al centro y en algunos casos, como en Costa Rica, Chile y Uruguay, a la centro derecha.
Siguen siendo grandes desafíos las reformas de estructura agraria y de la propiedad en las urbes y en el campo. Las izquierdas, como otras fuerzas políticas del área, carecen de propuestas efectivas frente al problema creado por las mega ciudades; propuestas para promover el empleo y combatir la miseria, la corrupción y la violencia. En su disculpa hay que decir que nadie tiene hoy esa fórmula: mal de muchos consuelo de tontos. La verdad completa acerca del contenido y los hechos de las dictaduras pasadas y el rol de los Estados Unidos en el holocausto de la izquierda, sigue siendo temida como un asunto que puede dar lugar a conflictos con los poderes fácticos. Con todas sus realizaciones y sus méritos, las izquierdas latinoamericanas siguen viviendo entre utopías cada vez más pálidas y lejanas y un temor siempre presente a la persecución, la estigmatización o a un nuevo holocausto.



1 comentario:

  1. Buen panorama. Acuso que en México, falta una definición del estado actual. hay fuerza en las izquierdas y a la vez dispersión. Tampoco se vislumbra una apuesta cohesionada. México Ya no canta la revolución.
    En cuanto a Venezuela, la crítica en la izquierda practicamente no existe, cuando en mi concepto Venezuela es toda una escuela de sucesivos errores de lo que NO DEBE HACER LA IZQUIERDA. Esa es una tarea inexorable, que de todas maneras tiene que hacerse.
    En cuanto a Brasil, la crisis no es solamente gubernamental, pues comprende a los partidos de la izquierda, practicamente desaparecidos en los resiltados de las últimas elecciones municipales y estaduales. ¡Corrupción en la propia izquierda? ¿cómo y desde cuando? Mucha evaluación y conclusiones faltan en Brasil. tarea igualmente por hacerse.
    En el caso de Chile concuerdo plenamente en el envejecimiento y apoltronamiento de la izquierda chilena. Se viene obviamente un gobierno de las derechas.

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